jueves, 22 de agosto de 2024

Crypto-communism o comunismo en secreto

¿Criptos? ¿Qué es eso? George Orwell habló del “cryptocommunism”, de aquellos que ocultaban ser comunistas, no revelando sus verdaderas inclinaciones políticas. En su lista se refirió a algunos criptos que no podrían participar en campañas anticomunistas.

También investigamos sobre Aleksandras Shtromas y ponemos unos párrafos de su libro: Totalitarianism and the Prospects for World Order, donde advierte sobre la estrategia del comunismo. En vocabulario buscamos prescient.

 

Soviet propaganda demonstration in Liepāja, 1940. Posters in Russian say: "We demand the full accession to the USSR!"
Propaganda soviética en una demostración en Lituania, 1940. En el cartel: demandamos acceso total a la Unión Soviética

Veamos

El criptocomunismo (cryptocommunism) es el apoyo secreto al comunismo o una admiración por él. Se ha etiquetado a individuos y grupos como criptocomunistas, a menudo como resultado de estar asociados con los comunistas o de estar influidos por ellos. El criptocomunismo entre los líderes políticos contribuyó a la sovietización de los estados bálticos.

Uso histórico

En 1947, Winston Churchill describió a un criptocomunista como "alguien que no tiene el coraje moral de explicar el destino al que se dirige". En Alemania Occidental, algunos acusaron al Partido Socialdemócrata bajo el liderazgo de Willy Brandt de ser un frente criptocomunista.

Un ensayo

El soviet supremo se reunió en 1940. Se había decidido adoptar a Letonia, Estonia y Lituania como repúblicas de la Unión Soviética.

La historia de la sovietización de estos países ejemplifica el modus operandis de los soviéticos. Es el mismo modelo de coordinación cercana entre la Unión Soviética y los comunistas locales que permitió a los soviéticos apoderarse en 1918 y 1921 de Ucrania, Georgia y algunos otros estados que habían formado parte del viejo imperio ruso. Básicamente el mismo modelo de acciones coordinadas que permitieron establecer estados comunistas en Angola, Etiopía y Afganistán.

Si los gobiernos occidentales hubieran aprendido esta lección a tiempo hubieran estado mejor equipados para lidiar con la Unión Soviética y probablemente hubieran evitado los errores de Yalta y Potsdam y tal vez asegurado la independencia de muchas naciones de Europa del este.

En todos estos estados bálticos los partidos comunistas eran tan minúsculos que nadie los tomaba con seriedad. De acuerdo a datos oficiales de la propia Unión Soviética al momento de la ocupación soviética en 1940 la fuerza de los partidos comunistas era: en Lituania 1.500 miembros, en Letonia menos de 1.000 y en Estonia solo 130 miembros. Había poco apoyo fuera del partido. Eran poco representativos de las clases trabajadoras. Consistían principalmente de unos pocos miembros de la inteligencia y minorías nacionales. Sin embargo, este pequeño número fue suficiente para tomar el control de los cuerpos públicos y económicos.

Los comunistas del báltico establecieron una administración efectiva nombrando en puestos claves a su propia gente, con personal importado de la Unión Soviética ocupando puestos de supervisión y en la mayoría de los casos en segunda línea.

Es decir que no se debería cometer el error de considerar a los comunistas como una fuerza política irrelevante. En ciertas situaciones y con asistencia soviética aun los cuerpos comunistas más chicos pueden llegar al poder.

Como muestran la experiencia de los bálticos muchas figuras públicas, que nunca se sospechó de tener simpatías comunistas, eran en realidad criptocomunistas que mostraron sus intenciones reales una vez que los soviéticos tomaron el poder.

Solo entonces se volvió claro que los comunistas se habían infiltrado en otros partidos políticos en todos sus espectros, de izquierda a derecha, con algunos criptocomunistas ocupando posiciones de influencia. La mayoría de estos criptocomunistas pasaban como liberales y aún en otros partidos de la derecha e incluso fascistas. Unos pocos criptocomunistas estaban bien establecidos en las fuerzas armadas e incluso en las fuerzas anti comunistas de la policía secreta. Pero la mayoría de los comunistas se encontraban entre los miembros de la elite cultural que no tenían afiliación política alguna. Algunos miembros prominentes entre escritores, periodistas, científicos y músicos se volvieron políticos pro soviéticos de la noche a la mañana.

Tal vez el fenómeno del criptocomunismo puede explicar cómo fue posible transformar en gobiernos comunistas a aquellos que no contaban con demasiados adeptos.

La experiencia histórica demuestra que mientras más democrática y tolerante al comunismo es una sociedad menos criptocomunistas habrá en ella… (Shtromas, Alexander. Totalitarianism and the Prospects for World Order, Closing the Door on the Twentieth Century)

 

He was a remarkably prescient thinker…

 

Vocabulario

Prescient: knowing or suggesting correctly what will happen in the future:

A prescient warning.

Para saber

Aleksandras Shtromas, sobreviviente de un campo de concentración, ex marxista-leninista y patriota lituano, dedicó su vida a comprender el totalitarismo y el cambio político. Fue un pensador extraordinariamente clarividente y probablemente sea más conocido por su predicción de la caída de la Unión Soviética, prevista en un momento en que el poderoso imperio parecía casi invencible.

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Fuentes

Totalitarianism and the Prospects for World Order, Closing the Door on the Twentieth Century

Crypto-communism, Wikipedia

Aleksandras Štromas

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