Algunos de los libros que leímos, y de los que
aprendimos de historia, geografía, cultura, o idiomas, son considerados clásicos de la literatura inglesa. Los
leímos en la escuela, en casa o los heredamos de algún pariente lector.
Más abajo ponemos algunos de los clásicos que
pasaron por nuestras manos. También ampliamos, un poquito, sobre Carson McCullers.
Una curiosidad: encontramos una foto de la autora Carson
McCullers fotografiada por Carl Van
Vechten.
“… llama a los negros con los términos que se usaban en el siglo XIX, por lo que muchos críticos señalaron a Mark Twain como racista.”
Aquí
leímos
Moby
Dick,
un clásico de Herman Melville.
Gone
with the Wind, traducida al castellano como Lo que el Viento se Llevó, de Margaret Mitchell.
Jungle
Book, o El Libro de
la Jungla, de Rudyard Kipling.
The
Time Machine, la novela de ciencia ficción de H. G.
Wells.
A
Christmas Carol, la historia del viejo miserable que es
conmovido por espíritus, de Charles
Dickens.
The
Prince and the Pauper, o El
Príncipe y el Mendigo, de Mark Twain.
Drácula,
del irlandés Bram Stoker.
The
Fall of the House of Usher, un clásico de Edgar Allan Poe.
The
Portrait of a Lady, o El
Retrato de una Dama, de Henry James.
To
Build a Fire, traducida como Hacer un Fuego, de Jack
London.
Sons
and Lovers, o Hijos y
Amantes, de D. H. Lawrence.
The
Scarlet Letter, la novela de engaños de Nathaniel Hawthorne.
Moll
Flanders, una novela de Daniel
Defoe.
Treasure
Island, o La Isla
del Tesoro, un clásico de Robert
Louis Stevenson.
Robinson
Crusoe, la novela de Daniel
Defoe.
Jane
Eyre,
una novela publicada en 1847, de Charlotte
Brontë.
Sense
and Sensibility, de la autora Jane Austen.
The
Mysterious Affair at Styles, o El misterioso Caso en Styles, de Agatha Christie.
Estos clásicos
pueden ser leídos sin mayores problemas en el aula o frente a los integrantes
de la familia (no tienen malas palabras ni presentan temas censurables, o que
puedan ofender el buen gusto). Podrían ser elegidos para regalar, en realidad
constituyen un excelente regalo para un adolescente; o comprados para formar
nuestra biblioteca personal (algo que está desapareciendo en estos miserables
días de inflación y crisis de todo tipo en Argentina).
Como todo libro estos clásicos poseen contenidos que
pueden servir para plantear un debate sustancial sobre diferentes temas: el
racismo, la esclavitud, las costumbres en una sociedad determinada, el amor,
las relaciones entre hombres y mujeres, la rebelión, el conformismo o la
protección del medio ambiente.
En Huckleberry
Finn, el autor, se nota especialmente en la versión original en inglés,
llama a los negros con los términos que se usaban en el siglo XIX, por lo que
muchos críticos señalaron a Mark Twain
como racista. Una cosa es leer estas ediciones en castellano y otra diferente
es leerlos en inglés, por supuesto, donde se aprecia a plenitud la intención
del autor.
Siempre se aprende algo de leer los clásicos. Por
ejemplo en The Mysterious Affair at Styles
aparece la sigla V.A.D., que luego de
investigar encontramos que se trataba de una organización que colaboraba con
los heridos en el frente de batalla.
De Moby Dick
conocimos que uno de los principales centros balleneros, que explotaban el
aceite, y de donde partían hacia los mares del sur para matar a las ballenas,
era la ciudad de Nuntacket, que está
situada en los Estados Unidos y que
todavía existe.
Y si se puede leerlos sin pagar, a través de
Internet, mejor.
Para recomendar
El
caballito ganador, un cuento de D. H. Lawrence.
La
Buena Tierra, una novela de Pearl S. Buck.
The
Heart is a Lonely Hunter, de Carson McCullers.
Buena lectura.
Para saber
Carson
McCullers se enamoró de varias mujeres. Está la famosa
obsesión con Katherine Anne Porter
(también escritora) y la comentada “amistad” con Gypsy Rose Lee (actriz y vedette). Pero si Carson en realidad consumó sus relaciones ni siquiera Tennessee Williams lo sabía.
Después de la Segunda
Guerra Mundial McCullers vivió mayormente en París. Sus amigos más cercanos durante estos años fueron Truman Capote y Tennessee Williams.
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