Orgullo y prejuicio

Orgullo y prejuicio es una novela de Jane Austen, primero publicada en 1813. Orgullo y prejuicio continúa fascinando a los lectores modernos, consistentemente apareciendo cerca del tope de las listas de los libros más queridos entre los eruditos y el público general. Se convirtió en uno de los libros más populares de la literatura inglesa, con más de 20 millones de copias vendidas.

En los párrafos de abajo la señora Bennet trata de convencer a su marido de visitar al nuevo habitante del lugar, un candidato muy aceptable para sus hijas.

Para anotar: Michaelmas.

 

Usted y las chicas pueden ir, o puede enviarlas a ellas solas, lo que tal vez sea mejor. O tal vez el señor Bingley se enamore de usted, ya que es la mejor del grupo…

Ilustración de C. E. Brock para la edición de 1895

 Párrafos

Es una verdad universalmente aceptada, que un soltero en posesión de una buena fortuna, debe estar en busca de una esposa.

Sin que se conozcan los sentimientos o puntos de vista de tal hombre al entrar al vecindario, esta verdad está tan fijada en las mentes de las familias vecinas, que él es considerado la legal propiedad de una u otra de las hijas.

—Mi querido, señor Bennet —le dijo su señora un día —. ¿Escuchó que Netherfield Park ha sido arrendada finalmente?

El señor Bennet replicó que no.

—Pero es cierto —contestó ella —. Pues la señora Long acaba de irse y me lo contó todo.

El señor Bennet no contestó.

— ¿No quiere saber quién la tomó? —gritó su esposa impacientemente.

—Usted quiere decírmelo y no tengo ningún reparo en escucharlo.

Eso fue invitación suficiente.

—Bueno, querido, usted debe saberlo. La señora Long dice que Netherfield ha sido alquilada por un joven de gran fortuna del norte de Inglaterra. Que vino el lunes en un carro para ver el lugar, y que estuvo tan satisfecho que se puso de acuerdo inmediatamente con el señor Morris. Que va a tomar posesión antes de Michaelmas, y que algunos de sus sirvientes estarán en la casa para el fin de la próxima semana.

— ¿Cuál es su nombre?

—Bingley.

— ¿Es casado o soltero?

— ¡Oh, soltero, querido, con seguridad! Un soltero de gran fortuna. Cuatro o cinco mil al año. ¡Qué bueno para nuestras niñas!

— ¿Cómo es eso? ¿Cómo puede eso afectarlas?

—Mi querido señor Bennet —contestó la esposa. ¿Cómo puede ser tan cansador? Debe saber que estoy pensando en que se case con una de ellas.

— ¿Ese es su plan al instalarse aquí?

— ¿Plan? Tonterías. ¡Cómo puede hablar así! Pero es muy factible que se enamore de alguna de ellas, y por tanto debe visitarlo tan pronto como sea posible.

—No veo ocasión para ello. Usted y las chicas pueden ir, o puede enviarlas a ellas solas, lo que tal vez sea mejor. O tal vez el señor Bingley se enamore de usted, ya que es la mejor del grupo.

—Querido, me halaga. Tuve ciertamente mi belleza pero no pretendo ser nada extraordinario ahora. Cuando una mujer tiene cinco hijas adultas ella tiene que dejar de pensar en su propia belleza.

—En tales casos una mujer no tiene, con frecuencia, mucha belleza para pensar.

—Pero, mi querido, usted debe ir y ver al señor Bingley cuando venga al vecindario.

—Es más de lo que tengo pensado, se lo aseguro.

—Pero piense en sus hijas. Solo piense que posición sería para una de ellas. Sir Williams y Lady Lucas están determinados a ir, solo por eso, porque en general, usted sabe, ellos no visitan a los recién llegados. Usted debe ir porque será imposible visitarlo si usted no lo hace.

—Usted es demasiado escrupulosa. Estoy seguro que el señor Bingley estará encantado de verla. Y enviaré algunas líneas para asegurarle mi consentimiento con su casamiento con cualquiera de las chicas, aunque me inclino por mi pequeña Lizzy.

—Desearía que no hiciera tales cosas. Lizzy no es mejor que las otras. Y estoy segura que no es la mitad de agradable que Jane, o tan simpática como Lydia. Pero siempre está dándole su preferencia… (Orgullo y prejuicio, de Jane Austen, traducción y adaptación propias.)

Para saber

Michaelmas: es una festividad cristiana observada en algunos calendarios litúrgicos occidentales los 29 de setiembre.  En la angelología cristiana el arcángel Miguel (Michael) es el más grande y lo es por haber derrotado a satán en la guerra en el cielo.

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