Las
aventuras de Tom Sawyer, de Mark Twain, es una novela de 1876. En los siguientes párrafos la
tía de Tom, Polly, reflexiona sobre la severidad del castigo merecido por sus
travesuras.
Más abajo te ponemos un link para escuchar la historia de Tom Sawyer en inglés.
Tengo que ser más severa, dejarme de tantas amenazas y poner en
práctica algo de lo que digo. Dios me va a castigar por ser así. Ese chico es
el mismo demonio, pero, ¡Dios me perdone!, es el hijo de mi pobrecita hermana
muerta, y no tengo corazón para pegarle…
-¡Tom!
Silencio.
-¡Tom!
Silencio.
-¿Qué pasa con este muchacho? ¡TOM!
Silencio.
La anciana miró por encima de sus lentes alrededor
de la habitación, luego se los levantó y miró por debajo de ellos. Casi nunca o
nunca miraba a través de ellos por tan poca cosa como un muchacho. Ellos eran
sus lentes especiales, su orgullo. Estaban hechos para estilo, no para servir.
Podría haber visto a través de un par de tapas si fuera el caso. Quedó perpleja
por un momento, y luego dijo, no muy fuerte pero de manera enérgica para que el
mobiliario escuchara:
-Bueno, que me muera si no te agarro…
No terminó la oración, cuando ya estaba reclinada
golpeando bajo la cama con una escoba, y necesitó de más aliento con cada nuevo
golpe. No consiguió sacar nada a excepción del gato.
-¿Dónde estará este muchacho?
Fue hasta la puerta y miró hacia los tomates y la
mala hierba que constituían el jardín. No estaba. Elevó su vos a un ángulo
calculado para distancia y gritó:
-¡TOM!
Hubo un ruido detrás de ella y se dio vuelta justo a
tiempo para agarrar a un pequeño por la punta del saco y evitar que escapara.
-¡Ajá! Debí pensar en esa despensa. ¿Qué estabas
haciendo ahí?
-Nada.
-¿Nada? ¡Mírate esas manos y esa boca! ¿Qué es eso
pegajoso?
-No lo sé, tía.
-Pero yo sí. Es dulce… Eso es. Cuarenta veces te he
dicho que si no dejabas en paz el dulce te iba a dar una paliza. Dame esa vara.
La vara revoleteó en el aire, el peligro era
inminente, y la situación desesperada.
-¡Oh, mire lo que tiene detrás, tía!
La anciana se volvió rápidamente y levantó la falda
para eludir el peligro. Al instante, el muchacho voló, se encaramó al alto
tapial y desapareció. La tía Polly quedó sorprendida un momento y luego
prorrumpió en franca risa.
-¡Qué muchacho! ¡Cuándo escarmentaré de una vez!
¡Son ya infinitas las jugarretas como ésta que me ha hecho! Pero es inútil. Los
viejos tontos son los tontos más grandes. Bien dicen que perro viejo no aprende
mañas nuevas. Pero, ¡mi Dios!, este chico nunca hace lo mismo dos días
seguidos. ¿Y cómo va a adivinar una los chascos que le prepara? Parece que
supiera hasta dónde puede atormentarme antes de que me ponga a rezongar, y sabe
muy bien que, si logra distraerme por un minuto o hacerme reír, se me pasa en
seguida y no le puedo pegar después ni un bofetón. No me porto como debo con
ese muchacho. Tengo que ser más severa, dejarme de tantas amenazas y poner en práctica
algo de lo que digo. Dios me va a castigar por ser así. Ese chico es el mismo
demonio, pero, ¡Dios me perdone!, es el hijo de mi pobrecita hermana muerta, y
no tengo corazón para pegarle. Cada vez que lo dejo escapar me remuerde la
conciencia, y cada vez que le pego, mi viejo corazón se destroza. La vida del
hombre nacido de mujer es breve y llena de tribulación, como dicen las sagradas
escrituras, y están en lo cierto. Con seguridad que esta tarde se hará la
rabona, y me veré obligada a hacerlo trabajar mañana en castigo. Dios sabe
cuánto me cuesta tener que proceder así, sobre todo mañana, que es sábado y los
demás muchachos tienen asueto, pero, como él odia el trabajo sobre todas las
cosas y tengo que cumplir con mi deber, no habrá más remedio que ponerlo en
penitencia, o, de lo contrario, seré yo misma la ruina de ese chico.
Tom Swayer stamp |
Tom se hizo la rabona esa tarde y se divirtió
muchísimo. Volvió a su casa a la hora de comer, apenas con el tiempo necesario
para ayudar a Jim, el negrito esclavo, a aserrar la leña para el día siguiente
y cortar las astillas. Por lo menos, hizo acto de presencia y tuvo ocasión de
contar sus aventuras a Jim, mientras éste hacía las tres cuartas partes del
trabajo. El hermano menor de Tom, o más bien dicho hermanastro, llamado Sid, ya
había terminado el trabajo que le correspondía, recoger las astillas, pues era
un chico muy quieto y no malgastaba el tiempo pensando picardías y haciendo
travesuras. Mientras Tom comía y robaba azúcar en cuanta oportunidad se le
ofrecía, la tía Polly le hacía profundas y sutiles preguntas con el objeto de
sonsacarle revelaciones comprometedoras… (Párrafos de Las aventuras de Tom Sawyer, cap. 1, de Mark Twain)
Inspiración
Twain
nombró a su personaje de ficción por un bombero de San Francisco que conoció en 1863. El verdadero Tom Sawyer fue un héroe local, famoso
por rescatar a 90 pasajeros después de un naufragio. Los dos continuaron amigos
durante la estadía de Twain en San Francisco, bebiendo y apostando con
frecuencia.
Mark Twain´s house |
Recursos
The
Adventures of Tom Sawyer, chapters 1 and 2 from
Librivox
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diplomacy, and she loved to… The
Adventures of Tom Sawyer
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what they deemed the immorality of American cinema… Pre-Code Hollywood
Mi libro, de Las
aventuras de Tom Sawyer, está muy viejo, manchado, roto, las tapas apenas
se sostienen. Es una primera edición del año 1941, de la Editorial Sopena
Argentina. Publicado treinta y un años más tarde de la muerte de Mark Twain, y más de veinte antes de que
yo mismo naciera. El libro forma parte de una colección de clásicos que
perteneciera a mis abuelos, que seguramente habría sido adquirida para sus
hijos, y que seguramente terminará en un basurero cuando muera.
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