Donde discurro sobre el supuesto poema de Juan Carlos Dávalos que mi alumno, Juan Carlos, me entregara días pasados para su traducción
“Profe, ¿podría traducirme estos versos? Me gustaría
leérselos a mi yerno, que es norteamericano”, me dijo Juan Carlos
“Por supuesto que sí”, le respondí. “Aunque debe
tener en cuenta que la traducción es bien difícil, especialmente cuando se
trata de poesía”
Juan Carlos me había pedido que le tradujera unas
rimas de un poema que me trajera en una hoja impresa, con sólo el nombre del
poema y tres estrofas. Por supuesto me cubrí las espaldas señalando lo difícil
de la traducción. Si no podía realizarla siempre tendría la excusa de la
dificultad del idioma. Era un trabajo extra pero también el pedido de un alumno
muy especial, mi entusiasta alumno particular de ingles.
Primero, me gustaría aclarar que Juan Carlos es mi joven
estudiante de 80 y pico de años. Y digo joven porque viene desde San Lorenzo
hasta el centro de Salta dos veces por semana para tomar clases y practicar el
verbo to be y presentarse. Practica una y otra vez, corrige la pronunciación,
pregunta y escribe uno y otro significado. Esto es lo que yo llamo juventud y
ganas de querer hacer cosas. Podría quedarse tranquilamente en su casa pero
decide hacer algo que no pudo o no tuvo tiempo de realizar cuando tenía 60 años
menos. Juan Carlos tiene tanto entusiasmo por aprender como mi otro
estudiantito, Bauti, que tiene solo un año de vida y se entusiasma con “Five
Little Monkeys” y otras canciones infantiles en ingles.
Estilo colonial en el centro de Salta |
En segundo lugar, mencioné lo de trabajo extra
porque aparte de mis alumnos tengo que pensar qué voy a poner en mi blog, que
realizo en forma periódica, leer y comentar sobre libros contemporáneos y
también tengo que cumplir como papá, como hijo, y como esposo. Muchas
actividades, que me gustan, pero no dejan de ser demandantes.
En tercer lugar, referente al poema de Juan Carlos,
mi alumno me contó que el poema en cuestión era de Juan Carlos Dávalos, si no me equivoco. Como sólo tenía unas
estrofas busqué en Internet: Juan Carlos
Dávalos, poemas, y otras combinaciones más. Nada, no pude conseguir el
poema. Por lo tanto presumo que se trata del poema Entierro de Juan Carlos Dávalos. Aquí lo transcribo
de acuerdo a la hoja impresa que me facilitó Juan Carlos:
Entierro
Pasa una lenta caravana de indios
Llevando un muerto para la ciudad
Sobre el lomo de un triste caballejo
El ataúd atravesado va
Si en un día como este me muriese
No quiero que me lleven a enterrar
Retarda en vano el ataúd absurdo
La vuelta al torbellino universal
Que me cuelguen de un globo cuando muera
Que me dejen sondear la inmensidad
Anegarme en la luz de las alturas
Hundirme en el silencio sideral
Sin más ni más ya tengo, más o menos, en mente la
forma en que quedará traducido, Juan Carlos, su poema para que pueda leerlo a
quien usted quiera, no sin antes recordarle que debemos practicar la
pronunciación, la entonación y, ¿por qué no?, intentar decirlo sin leer. Es solo
cuestión de práctica, Juan Carlos, como ya le dije el jueves. La práctica hace
al maestro.
Saludos
(*)
Juan Carlos Dávalos fue un escritor argentino nacido en
1887 en San Lorenzo, Provincia de Salta, y fallecido en 1959 en Salta.
Dávalos publicó un extenso y valioso trabajo,
temáticamente cercano no solo a su hogar y la vida en los Andes de la
Argentina, sino también fuera de los círculos de las fronteras de su país.
Escribió poemas, obras de teatro, ensayos y cuentos cortos, entre los cuales
"El viento blanco" se ha ganado un lugar en el inconsciente colectivo
de muchos sudamericanos, siendo parte de innumerables libros de literatura
universitarios y de preparatoria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja aquí tus mensajes, comentarios o críticas. Serán bienvenidos