Poema de Emily Dickinson
"Because
I could not stop for Death" es un poema lírico de Emily Dickinson publicado en Poems:
Series 1 en 1890. La persona se encuentra con la muerte. La muerte es un
caballero que toma un carruaje con el que habla hacia su tumba. El poema fue
publicado bajo el título "The
Chariot".
Because I could not stop for Death—
He kindly stopped for me—
The Carriage held but just Ourselves—
And Immortality.
We slowly drove—He knew no haste,
And I had put away
My labor and my leisure too,
For His Civility—
We passed the School, where Children strove
At recess—in the ring—
We passed the Fields of Gazing Grain—
We passed the Setting Sun—
Or rather—He passed Us—
The Dews drew quivering and chill—
For only Gossamer, my Gown—
My Tippet—only Tulle—
We paused before a House that seemed
A Swelling of the Ground—
The Roof was scarcely visible—
The Cornice—in the Ground—
Since then—'tis centuries— and yet
Feels shorter than the Day
I first surmised the Horses' Heads
Were toward Eternity—
Because I could not stop for Death (read by Tom O'Bedlam)
Crítica e interpretación
Hay varias interpretaciones del poema de Dickinson en torno a la creencia
cristiana en el más allá y leer el poema como si fuera desde la perspectiva de
una "reconciliación final tardía del alma con Dios". Dickinson ha sido clasificada por críticos
antes como un poeta cristiana como sus otras obras han sido interpretadas como
la contemplación de los "méritos de Cristo y su relación pasada, presente
y futura consigo misma".
El hablante une "Muerte" e
"Inmortalidad" dentro del carruaje que la recoge, personificando así
el proceso de dos partes, según la fe cristiana, de que la primera vida se
detiene y después de la muerte encontramos la inmortalidad a través de nuestra
existencia en el más allá. Si bien la muerte es la garantía de los dos, la
inmortalidad "sigue siendo... una expectativa". Los caballos que conducen el carruaje solo
miran "hacia la eternidad", lo que indica que el hablante aún no lo
ha alcanzado o que nunca se puede alcanzar en absoluto.
El tono de Dickinson
también contribuye al poema. Al describir una experiencia tradicionalmente
aterradora, el proceso de morir y pasar a la eternidad, usa un tono pasivo y
tranquilo. Los críticos atribuyen la falta de miedo en su tono a su aceptación
de la muerte como "una parte natural del ciclo interminable de la
naturaleza", debido a la certeza en su fe en Cristo.
En 1936, Allen
Tate escribió:
[El poema] ejemplifica mejor que cualquier otra cosa
que Dickinson escribió la cualidad especial de su mente... Si la palabra grande
significa algo en poesía, este poema es uno de los más grandes en el idioma
inglés; es impecable hasta el último detalle. El ritmo carga con el movimiento
el patrón de acción suspendida detrás del poema. Cada imagen es precisa y,
además, no meramente hermosa, sino que está indisolublemente fusionada con la
idea central. Cada imagen se extiende e intensifica todas las demás... Ningún
poeta podría haber inventado los elementos de [este poema]; sólo un gran poeta
podría haberlos utilizado tan perfectamente. La señorita Dickinson tenía una mente profunda que escribía desde una cultura
profunda, y cuando llegó a la poesía, llegó infaliblemente.
Para saber
Emily
Elizabeth Dickinson (1830 – 1886) nació en Amherst, Massachusetts. Aunque formaba parte
de una prominente familia con fuertes lazos con la comunidad, Dickinson vivió gran parte de su vida
recluida en soledad. Considerada excéntrica por los locales, desarrolló un
gusto por las ropas blancas y fue conocida por su aversión a recibir visitas, o
a dejar su habitación. Dickinson
nunca se casó y la mayoría de las amistades con ella dependían enteramente de
la correspondencia.
Los poemas de Emily
Dickinson fueron únicos para la época en que vivió. Contienen líneas
cortas, carecen de títulos y frecuentemente usan rimas imperfectas, así como
mayúsculas y puntuaciones poco convencionales.
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