sábado, 4 de mayo de 2013

¿Qué Libro No?


Sin leer un comentario, o tener en cuenta una recomendación, ¿qué libro no leerías? Se me ocurrió hacerme esta pregunta pues día a día busco entre mis viejos libros, repaso entre los títulos y en ocasiones me quedo con aquel que tiene un encuadernado especial o una tapa llamativa. Separo aquellos libros a los que no llegué a leer, y a los que probablemente no lea nunca.

Aclaro que no me gustan los romances, prefiero las aventuras, pero una historia es una historia y si viene bien contada no la descarto. Otra cosa, soy profesor de inglés, y mi idea es encontrar algo bueno, y también leer en ingles, buscar vocabulario, preparar una síntesis y considerar si se puede emplear en el aula.

Entonces pasé lista a aquellos clásicos que me parecían un bostezo, aburridos para ser más claros. Aquí van: Daisy Miller, Waverley, Tess of the D'Urbervilles, Vanity Fair, Clarissa, Tristram Shandy, Tom Jones, etc. Pero, ¿por qué me parecían aburridos?


No eran libros que empezaban con “Aventuras de…”, “El Misterio de…”, o “El crimen en…”. Es decir, no eran libros de aventuras, suspenso, acción, guerra, guerreros, policías y ladrones, o de corsarios. Esos títulos me sugieren romance, amor, amor no correspondido, historias de desencuentros amorosos, y corazones rotos.  Pero solo era eso, una suposición, un “pienso que no me va a gustar…”. Nada más.

Para saber si algo te gusta tenés que probarlo. Es como un plato especial que nunca probé, ni tengo idea del sabor, el cuerpo, la sazón. Sería necio decir que no me gusta el conejo si nunca tuve la ocasión de probar un plato así. En el caso de los libros si no leo algo, unos capítulos o no repaso una crítica ¿cómo puedo decir que es malo? ¿Simplemente por el nombre? No

¿Leyeron Daniel Deronda? Bueno, es algo similar a lo que acabo de contar. Cuando leí el título se me ocurrió que debía tratarse de algún romance tenso, aburrido, bochornoso o azucarado. Pero no, estaba equivocado. Si bien no se trataba de corsarios en el Caribe, sí era interesante de leer.

Gwendolen juega en la ruleta y es observada por Daniel. Ella se da cuenta y se pone nerviosa. Había perdido en el juego por lo que la idea de volver por la revancha no le es indiferente. Sin embargo antes de encontrarse con amigos recibe una carta de su madre. Están arruinados, sin un peso. Todos sus sueños, ambiciones y orgullo desaparecen. Debe volver a Inglaterra. Decide vender una joya y llegar con algo de dinero. Al volver al hotel recibe un sobre, es la joya que había vendido.

Es un comienzo muy interesante. Al tiempo que leía la historia reconocía el vocabulario. Me llamó la atención la moneda usada “napoleons”, “louis” y el término “supercilious”.

NO VOY A LEERLOS:

Daisy Miller, de Henry James
Waverley, Walter Scott
Vanity Fair, William Thackeray
Clarissa, Samuel Richardson
Tristram Shandy. Laurence Sterne
Tom Jones, Henry Fielding
Wuthering Heights, Louisa May Alcott


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