Una pequeña obra maestra de Tennessee
Williams que bien podría haber sido escrita en esta época, con un toque de
maldad y otro de sexo. En nuestra Salta,
de tanta pobreza e inmensa clase media, las casas que albergan a los padres,
junto a sus hijos y esposas, con historias de violaciones de uno y otro lado,
son comunes. Señoras y señores Un tranvía
llamado deseo…
Después de la pérdida de la casa de la familia, Belle Reve, ante los
acreedores, Blanche DuBois viaja desde el pequeño pueblo de Laurel,
Mississippi, a New Orleans para vivir con su hermana más joven, Stella, y su
cuñado, Stanley Kowalski. Blanche, con treinta y pico de años, y sin dinero, no
tiene a donde ir.
Blanche se ha tomado unos días de descanso de su trabajo como maestra de
ingles debido al stress. Lamenta el estado de deterioro del departamento de dos
ambientes de su hermana. Ve a Stanley como ordinario. Stanley, en venganza, no
se preocupa por Blanche y resiente su presencia.
Stanley quiere saber sobre el primer matrimonio de Blanche. Esta se había
casado muy joven pero su marido murió, dejándola sola. La memoria de su marido
le causa cierta emoción. Stanley, en la creencia de que podría haber sido
engañado con la herencia, quiere conocer qué pasó con Belle Reve, una gran
plantación y la casa de la familia DuBois. Blanche muestra los documentos
relacionados con la plantación. Mientras ojea en los papeles Stanley observa
algunas cartas de Blanche. Stanley le informa que Stella va a tener un bebé.
Blanche conoce a Mitch,
compañero de juego de póker de Stanley. Su cordialidad lo hace destacar de
entre los demás. Conversan amigablemente y Blanche es capaz de atraer al
hombre. De pronto, debido a las interrupciones, Stanley, en su borrachera,
golpea a Stella. Blanche y Stella se refugian en la casa de la vecina, Eunice.
Cuando Stanley recupera sus sentidos busca a Stella a los gritos llamándola
desde el patio. Stella retorna con Stanley. Blanche y Mitch conversan en las
escaleras donde Mitch se disculpa por la conducta de Stanley.
Blanche siente extrañeza
que Stella vuelva con su marido después de la conducta de éste. A la mañana
siguiente Blanche corre a Stella y describe a Stanley como a un bruto, aunque ésta
le asegura que están bien. Stanley escucha la conversación pero se mantiene en
silencio. Cuando Stanley entra Stella lo abraza y lo besa dando a entender que
la baja opinión de Blanche no le importa.
Pasan las semanas y
Blanche y Stanley continúan sin llevarse bien. Blanche siente que puede confiar
en Mitch. Durante un encuentro Blanche le confiesa que estuvo casada con un
joven al que luego descubriría con otro hombre. La historia conmueve a Mitch
quien siente que ambos se necesitan. Parece que se van a casar.
Más tarde Stanley cuenta
a Stella que ha estado averiguando sobre Blanche. Según él Blanche fue
despedida por tener relaciones con un estudiante en una escuela. También cuenta
que vivió en un hotel de mala fama. Stella se enoja por la crueldad de Stanley
ya que también se entera que le habría contado a Mitch sobre estos rumores. La
pelea se corta cuando Stella empieza a tener dolores de parto.
Blanche y Mitch se
vuelven a encontrar y éste le cuenta los dichos de Stanley. Blanche se confiesa
y pide perdón. Mitch la rechaza y avanza hacia ella con la intención de
violarla pero Blanche puede escapar.
Cuando Stella tiene el
bebé Stanley y Blanche quedan solos en el apartamento. En una confrontación
final se sugiere que Stanley la viola, resultando en una crisis psicótica.
Semanas después, en otro
partido de póker en el apartamento de los Kowalski, Stella y Eunice acomodan
las pertenencias de Blanche. Esta ha sufrido una crisis mental y será encerrada
en un hospital mental. Aunque Blanche le confesó la verdad sobre el ataque
sexual de su marido Stella no puede creerle.
Cuando los doctores
vienen a buscarla Blanche se resiste. Mitch, presente en el juego, no puede
evitar derramar unas lágrimas. Cuando los doctores la llevan Blanche repite
“siempre he dependido de extraños”. El juego de póker continúa mientras Stanley
consuela a Stella.
Vocabulario
Blanche laments the shabbiness of her sister’s two-room flat (Showing
signs of wear and tear)
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