Con los días de frío en Salta, a la mañana 0° centígrados, y los contenidos de la TV (Vicky acusó a Lavezzi de invitarla por teléfono, Luly se peleó con Redrado,
Niña Loly ya volvió con Rial) prefiero dedicarme a la lectura
algo que veo más saludable y productivo que cualquier otra actividad.
Empecé a leer Taras
Bulba hace poco. En la novela se habla sobre la relación
padre-hijo. Esto siempre fue conflictivo, difícil, torturante y complejo.
Cuando pasaba mi adolescencia recuerdo la relación que tenía con papá. Supongo que era difícil para mí, para papá, e incluso para mamá. Para colmo de males solo lo veía en el verano, cuando pasaba las vacaciones con él; donde me parecía acompañar a un extraño, a alguien que no entendía y con quién no me identificaba. Sentía que no conseguía lograr que se sintiera orgulloso de mí. Tal vez, de acuerdo a la conformación de mi familia, hubiera sido conveniente que consultara a un psicólogo para guiarme o guiar a mis padres.