miércoles, 28 de enero de 2015

Los Wolfram

Los Schilling, herederos de sangre azul empezaron a perder dinero y propiedades, mientras que los vecinos, los Wolfram, que empezaron humildemente trabajando en los telares, empezaron a acumular fortunas en sus bodegas. De “La casa Schilling”, de Eugenia Marlitt

Los tejedores vecinos, los señores Wolfram, eran mucho más conservadores que los caballeros de la casa Schilling. Ni derribaban ni edificaban; no hacían más que conservar y reedificar; en cuanto se caía una piedra restituíanla en su lugar cuidadosamente. Sin duda, por eso el “monasterio”, como sus poseedores actuales seguían llamándolo, conservaba el mismo sello y fisonomía que le habían dado los benedictinos…
Los Wolfram habían cambiado muy pronto el telar por el arado, y con incansable actividad se dedicaban al cultivo de los campos y al pastoreo del  ganado, en las cercanías de la ciudad.
Todos eran tacaños, constantes y tenaces; sabían ahorrar y escatimar sus ganancias y así se fueron sucediendo en la familia unos a los otros. Los hombres no se avergonzaban ni se eximían de tomar el arado, y las mujeres de la casa, llegaban puntuales por la noche a su aposento para despachar la leche, porque no fuese a engañarlas en la venta alguna criada poco escrupulosa.
Su riqueza iba en aumento y con ella la consideración de los demás. Fueron llamados por unanimidad a los consejos de la ciudad y, por último, los señores de Schilling se dignaron fijarse en que tenían unos vecinos.
Empezó entre ellos desde entonces una amistosa comunicación. El alto muro de división siguió en pie, pero una soberbia y fresca parra había tendido en él una espesa celosía y la yedra enroscaba en las piedras sus obstinados brazos.

martes, 27 de enero de 2015

In the Schillingscourt

Se llamaba la casa Schilling y había sido construida por un monje Benedictino, dando alojamiento a viajeros y sus familias en sus habitaciones lujosas. De la novela In the Schillingscourt, de E. Marlitt

" SCHILLINGSCOURT " was the name of that grand old house near the Benedictine Church, but it always had heen, and continued to be, designated as the " Column House," notwithstanding modern times had adorned whole street fronts with great and small " columns' thus robbing the house of its distinguishing peculiarity.
It had been built by a Benedictine monk. In those days before harboring strangers had become a municipal business travelers found shelter within the hospitable gates of cloisters and knightly castles along their way. Some monastic orders erected especial accommodations upon their property for this purpose, and thus the Column House originated.
It had been a very wealthy monastic society, and Brother Ambrosius, the architect and sculptor, had come from Italy, enraptured with the beautiful plans that were to become a monument to his genius as a lodgment suitable to the rank of the princely personages who were in the habit of knocking at the cloister gates when traveling through this part of the country with family and retinue.
This is how there happened to distinguish up beside the  homely gable house occupied by the monks this most elegant facade, with its broad-columned hallway, that supported a second story, with great bow-windows and arched cornices and consoles that were beautifully carved...
The nineteenth century can guess but little of the experiences of this foreigner on German ground during those depressed times. The monastery then stood upon a common, along the roadway of which only a few mud huts were scattered, whose inhabitants scarcely ventured to peer out of their wooden window- shutters at night when they heard tramping of horses and imperious voices in the vicinity of the cloister.

domingo, 25 de enero de 2015

E. Marlitt

Eugenia Marlitt es la autora alemana que vemos estos días de calor en Salta. Aparte de consultar en wikipedia me baso en “La casa Schilling”, un libro viejo y polvoriento que por algún milagro de no sé quién todavía conservo en mi no tan moderna biblioteca.
E. Marlitt is the pseudonym of Eugenie John (December 5, 1825 – 1887), a popular German novelist.

Biography
She was born at Arnstadt. Her father was a portrait painter; her patroness was the Princess of Schwarzburg-Sondershausen, who adopted her in 1841 and sent her to Vienna to study music for three years on account of her fine voice.
She became deaf, and returned to Sondershausen, living for 11 years at court as a companion to her patroness. Her correspondents were struck with her attractive style, and encouraged her to write novels. For this purpose, she returned to Arnstadt in 1863, and there began her career as a novelist.

Works
Her novels were made available in English translations, among others, by Annis Lee Wister of Philadelphia.
The Old Mamselle's Secret (1868)
Gold Else (1868)
The Countess Gisela (1860)
The Little Moorland Princess (1873)
The Second Wife (1874)

viernes, 23 de enero de 2015

Clásicos olvidados

Libros viejos y clásicos olvidados. Libros que tus hijos no van a leer. Hasta tu mujer quiere hacerlos desaparecer y reemplazarlos por arquitectura minimalista. Por eso los llamo los viejitos, o clásicos, olvidados. Autores como Lin Yutang o Eugenia Marlitt.

Algunos veces el tener algún hobby, coleccionar estampillas, carteles, o como en mi caso, tener libros viejos nos vuelve candidatos a recibir retos y quejas de nuestras mujeres, que preferirían hacer efectivo, dinero, toda esa cantidad de “basura” que acumula polvo, arañas, y otras cosas menos elegantes. Pero así es la vida y nuestras sacrificadas esposas deben lidiar con desvencijadas bibliotecas, libros olvidados, y polvorientos, y hasta con revistas de 1940 en otro idioma, que no entienden, y que no saben que tienen un valor “incalculable”.
A todo esto se suma la desgracia que a nuestros hijos tampoco les gustan estos libros y no se acercan a ellos por nada del mundo. Que se le va a hacer.
Hoy, limpiando y clasificando algunos viejos y ajados libros, encontré algunos autores que había leído hace muchísimos años, y otros que están allí porque sí. Muchos de ellos son grandes clásicos de la literatura universal, en cambio otros me parece que morirán en mi biblioteca sin mayores consecuencias.
Los libros en el tercer estante eran:

jueves, 22 de enero de 2015

Traducción fallida

Jorge no vino y tuvimos que hacernos cargo de la traducción de algunos párrafos de Robbery Under Arms, de Rolf Boldrewood. Nada que hacer. Usamos la tecnología de google para traducir y la tendremos lista en menos de un minuto. Y ¿de qué se tratan estos párrafos? Pues del preso a punto de ser colgado, quien recuerda la niñez con su familia, la influencia de su padre en su camino al crimen, y la de su madre por supuesto. No es nada del otro mundo. Ese determinismo que aparece en el libro, por el que el hijo sigue el destino del padre, el tema de “lo lleva en la sangre” me parece estúpido. Todos sabemos de hijos que nacieron en lugares horribles y progresaron con esfuerzo. Chau (el diseñador)…

These strange cattle had been driven a good way, I could see. The cows and calves looked done up, and the steer's tongue was out—it was hottish weather; the old dog had been 'heeling' him up too, for he was bleeding up to the hocks, and the end of his tail was bitten off. He was a savage old wretch was Crib. Like all dogs that never bark—and men too—his bite was all the worse.
'Go and get the brands—confound you—don't stand there frightening the cattle,' says father, as the tired cattle, after smelling and jostling a bit, rushed into the yard. 'You, Jim, make a fire, and look sharp about it. I want to brand old Polly's calf and another or two.' Father came down to the hut while the brands were getting ready, and began to look at the harness-cask, which stood in a little back skillion. It was pretty empty; we had been living on eggs, bacon, and bread and butter for a week.
'Oh, mother! there's such a pretty red calf in the yard,' I said, 'with a star and a white spot on the flank; and there's a yellow steer fat enough to kill!'

miércoles, 21 de enero de 2015

El señor Howard

Del clásico australiano “Robbery Under Arms” de Rolf BoldreWood. A punto de ser colgado por sus actividades ilícitas éste preso recuerda su infancia en Australia, sus padres, la rectitud de su madre y un señor Howard, maestro de escuela, de buen corazón…

Entonces Lammerby, el encargado, aunque era un tipo codicioso y astuto, que compraba cosas que sabía que eran robadas, y prestaba dinero y vendía al doble del precio, no le gustaba pensar que sus hijos crecerían como ganado descarriado, rescató al viejo señor Howard, que había sido un amigo o una víctima en viejas épocas, cerca de Sydney, y lo había traído para hacerse cargo de la escuela.
Era un hombre curioso, este señor Howard. Lo que había sido o hecho ninguno de nosotros lo supo, pero encaró a uno de los granjeros que dijo algo contra él que nos demostró el carácter que tenía. Se paró recto y miró al hombre directo a la cara, y no parecía el hombre doblado y tembloroso que veíamos la mayoría de las veces. Vivía solo en una pequeña casa en el pueblo. Era apenas lo suficientemente grande para cobijarnos en nuestras lecciones. Cenaba en la posada junto al señor  y la señora Lammerby. Ella era siempre buena con él,  y le hacía budines y otras cosas cuando estaba enfermo. Frecuentemente se enfermaba, y entonces nos oía dar las lecciones en la cabecera.
No bebía nada excepto té. Solía fumar bastante de una pipa grande con figuras de mar en ella que nos mostraba cuando estaba de buen humor. Pero dos o tres veces al año solía dedicarse a beber por una semana, y entonces la enseñanza se suspendía hasta que estuviera sano. No pensamos mucho en eso. Pero todos, o casi todos, los que conocíamos hacían lo mismo -todo los hombres- y también algunas mujeres, excepto mamá. Ella no había tocado una gota del vino o de alcohol en su vida, y nunca lo hizo hasta el día de su muerte. Pensábamos en ello como si tuvieran un toque de fiebre o de insolación, o una costilla rota o algo. Se recuperarían en una semana o dos, y estarían bien otra vez.

martes, 20 de enero de 2015

The Marstons

El condenado recuerda la granja, su hermana y hermano, y la religión de sus padres. Su padre era un hombre muy fuerte y determinado y su madre sabía ceder cuando hacía falta. Del clásico australiano “Robbery Under Arms” de Rolf Boldrewood

… The clergyman from Bargo came one day and christened me and Jim—made one job of it. But mother took Aileen herself in the spring cart all the way to the township and had her christened in the chapel, in the middle of the service all right and regular, by Father Roche.
There's good and bad of every sort, and I've met plenty that were no chop of all churches; but if Father Roche, or Father anybody else, had any hand in making mother and Aileen half as good as they were, I'd turn to-morrow, if I ever got out again. I don't suppose it was the religion that made much difference in our case, for Patsey Daly and his three brothers, that lived on the creek higher up, were as much on the cross as men could be, and many a time I've seen them ride to chapel and attend mass, and look as if they'd never seen a 'clearskin' in their lives. Patsey was hanged afterwards for bush-ranging and gold robbery, and he had more than one man's blood to answer for. Now we weren't like that; we never troubled the church one way or the other. We knew we were doing what we oughtn't to do, and scorned to look pious and keep two faces under one hood.
By degrees we all grew older, began to be active and able to do half a man's work. We learned to ride pretty well—at least, that is we could ride a bare-backed horse at full gallop through timber or down a range; could back a colt just caught and have him as quiet as an old cow in a week. We could use the axe and the cross-cut saw, for father dropped that sort of work himself, and made Jim and I do all the rough jobs of mending the fences, getting firewood, milking the cows, and, after a bit, ploughing the bit of flat we kept in cultivation.

lunes, 19 de enero de 2015

The Australian Boy

Robbery Under Arms
Robbery Under Arms es un clásico de la literatura australiana de Rolf Boldrewood. Un bandido a punto de ser colgado recuerda su vida. De sus padres, de sus hermanos, de la vida en la granja…
My name's Dick Marston, Sydney-side native. I'm twenty-nine years old, 1, 82 metres in my stocking soles, and 83 kilograms weight. Pretty strong and active with it, so they say. I don't want to blow—not here, any road—but it takes a good man to put me on my back, or stand up to me with the gloves, or the naked cows…
Why do I lie here, groaning; yes, crying like a child, and beating my head against the stone floor? I am not mad, though I am shut up in a cell. No. Better for me if I was. But it's all up now; there's no get away this time; and I, Dick Marston, as strong as a bullock, as active as a rock-wallaby, chock-full of life and spirits and health, have been tried for robbing—robbery under arms they call it—and though the blood runs through my veins like the water in the mountain creeks, and every bit of bone and sinew is as sound as the day I was born, I must die on the gallows this day month…
When I came out of the hospital after curing me of that wound—for I was hit bad by that black tracker—they gave me some books to read for fear I'd go mad and cheat the hangman. I was always fond of reading, and many a night I've read to poor old mother and Aileen before I left the old place…

domingo, 18 de enero de 2015

The Boston Girl

Para leer sobre Estados Unidos a principios del siglo 20 y conocer un poco más sobre la vida de los inmigrantes, un poco como nosotros, aquí en Argentina. De uno de los best-sellers de 2014 de Anita Diamant, The Boston Girl
***
“ … Ava, sweetheart,  if you ask me to talk about how I got to be the woman I am today, what do you think I´m going to say? I´m flattered you want to interview me. And when did I ever say no to my favorite grandchild?
I know I say that to all of my grandchildren and I mean it every single time. That sounds ridiculous or like I´m losing my marbles, but it´s true. When you´re a grandmother you´ll understand.
And why not? Look at the five of you: a doctor, a social worker, two teachers, and now you… ”
***
Addie era hija de inmigrantes rusos que escaparon al hambre y se establecieron en un pequeño departamento en Boston. Comían muchas papas y zapallos y hablaban Yiddish entre ellos. Su mamá, especialmente, criticaba a Addie y no le gustaba su deseo de estar en la escuela. “Te la pasas leyendo. Nadie querrá casarse con una chica con estrabismo.”
Addie encuentra la manera de escapar a los rigores del hogar de los padres y se une a un club de lectura judío. Allí encuentra otra gente que la introducirá a cosas que escandalizarían a su madre: jugar al tenis, arquería, croquet.

domingo, 4 de enero de 2015

Arco de Triunfo, resumen

Arco del Triunfo, la novela del alemán Erich María Remarque, aquí en un pequeño resumen…
 Arco del triunfo se centra en las experiencias de un refugiado político alemán, conocido por su seudónimo, Ravic. Antes de escapar a los Nazis, Ravic, cuyo nombre verdadero es Ludwig Fresenburg, había sido cirujano principal en un hospital alemán. Habiendo huido a París, Ravic empleó sus habilidades médicas ilegalmente como cirujano “fantasma” para dos doctores franceses. Mientras tanto en 1939, vivía relativamente confortable en un hotel de refugiados cuyos habitantes representaban una parte de los exiliados rusos, alemanes-judíos, y españoles.
El drama se desarrolla cuando Ravic se enamora de Joan Madou, mujer hermosa pero imprevisible. El romance se complica por acontecimientos exteriores. Ravic es arrestado por la policía francesa después de dar los primeros auxilios a una víctima de un accidente y es deportado a Suiza. Meses más adelante, cuando vuelve a París, Joan está viviendo con un actor. Mientras que Ravic intenta restablecer su relación con Joan, el celoso actor le dispara a la mujer. Las habilidades quirúrgicas de Ravic le fallan al intentar salvarla, y después de reafirmar su amor, Ravic, para terminar la agonía de Joan, la mata administrándole una inyección mortal.

sábado, 3 de enero de 2015

Arco de Triunfo

Arco de Triunfo, la novela de Erich María Remarque, es una obra monumental en serio. Un clásico único, hasta diríamos mejor que “Sin novedad en el frente”. Tuvimos la suerte de leerla cuando todavía éramos adolescente y nos impresionó el talento del escritor, la imaginación del artista en el argumento. Fue como leer un libro de historia de la Segunda Guerra Mundial sin la aburrida información y con todos los aditamentos de humanidad y fantasía.

Más abajo encontrarás una foto de refugiados holandeses llegando a un puerto inglés, durante la Segunda Guerra Mundial.

 

… es una novela de Erich Maria Remarque sobre refugiados sin patria ni nombre en París antes de…

 

jueves, 1 de enero de 2015

Sin novedad en el frente

Paul Baumer se une al ejército alemán al comienzo de la Primera Guerra Mundial. Junto a sus compañeros de colegio y a pescadores frisos, granjeros y trabajadores comunes, forman parte de los diferentes pelotones. Al llegar al frente oeste encuentran a Katczinsky, un viejo soldado, quien se convierte en mentor de Paul. Los soldados deben sobrevivir a frecuentes combates, y soportar los peligros y las duras condiciones de la guerra. Más que acciones heroicas se describen las constantes amenazas del fuego de artillería, la lucha por encontrar comida, la falta de entrenamiento y las posibilidades de morir a cada instante.

Del libro de Erich Maria Remarque, Sin novedad en el frente algunos párrafos traducidos al castellano.

Más abajo ponemos una foto de principios de siglo donde ciudadanos de Sarajevo leen sobre la anexión por parte de Austria.