lunes, 29 de julio de 2013

El Libro Prohibido

Donde vemos los parecidos entre el monseñor de Victor Hugo en Los Miserables y el Papa Francisco. Victor Hugo apuntaba en su momento sobre la pobreza:

 

Dondequiera que los hombres van en la ignorancia o la desesperación, dondequiera que las mujeres se venden por pan, donde los niños carecen de un libro para aprender o de un hogar cálido, Los Miserables llaman a la puerta y dicen: "abre, estoy aquí para ti"…

 

Eugène Vidocq, whose career provided a model for the character of Jean Valjean
Eugene Vidocq, cuya vida fue el modelo para el personaje de Jean Valjean

Generalidades

En el mundo de habla inglesa, generalmente se hace referencia a la novela por su título original en francés Les Misérables /leɪ ˌmɪzəˈrɑːb(əl)/. Sin embargo, se han utilizado varias alternativas, incluidas The Miserables, The Wretched, The Miserable Ones, The Poor Ones, The Wretched Poor, The Victims, and The Dispossessed.

La novela en su conjunto es una de las más largas jamás escritas, con 655.478 palabras en el original francés. Hugo explicó sus ambiciones para la novela a su editor italiano:

No sé si será leído por todos, pero es para todos. Se dirige tanto a Inglaterra como a España, a Italia y Francia, a Alemania y a Irlanda, a las repúblicas que albergan esclavos y a los imperios que tienen siervos. Los problemas sociales trascienden las fronteras. Las heridas de la humanidad, esas enormes llagas que cubren el mundo, no se detienen en las líneas azules y rojas dibujadas en los mapas. Dondequiera que los hombres van en la ignorancia o la desesperación, dondequiera que las mujeres se venden por pan, donde los niños carecen de un libro para aprender o de un hogar cálido, Los Miserables llaman a la puerta y dicen: "abre, estoy aquí para ti".

Lo prohibido

El pastor, el cura o el rabino que no cumplen sus obligaciones, o las cumplen a medias, tal vez no quieren que leamos “Los Miserables”, novela de Víctor Hugo, porque quedarían en evidencia. Quedaría en evidencia la falta de compromiso con los pobres, ignorantes y desposeídos. Quedaría en evidencia el “no hacer” de los cómodos.

Cuando leía sobre Monseigneur Bienvenue me di cuenta que Víctor Hugo, el autor francés, era del palo del Papa Francisco porque en su crítica a la iglesia el autor quiere señalar lo que debería ser la iglesia (amor, sacrificio), mientras que el Papa argentino les pide a los miembros de su iglesia más compromiso (amor, sacrificio). Ambos, salvando las distancias, están hablando de lo mismo.

¿Quién era Monseigneur Bienvenue Myriel?

El personaje principal al comienzo de “Los Miserables”. Este personaje llega a un pueblo, convertido en obispo, con el deseo de cambiar las cosas positivamente para bien de la comunidad, especialmente los pobres, marginados, huérfanos y necesitados. Le fue concedido un lujoso palacio más una asignación anual para cubrir todos sus gastos personales.

Monseñor empezó a cambiar todo. Del palacio episcopal se mudó al hospital local para dar mayor comodidad a los pacientes que estaban hacinados en las pequeñas habitaciones, sin suficientes espacio o aire para recuperarse.

Monseñor tenía ingresos altos. Prefirió compartir ese dinero con los huérfanos, las escuelas, los enfermos, los pobres y los olvidados.

Monseñor viajaba por su diócesis en su carruaje, a lomo de burro, a pie, llevando palabras de aliento a todos los habitantes pobres. Les hablaba en forma sencilla, con ejemplos, en sus propios dialectos.

Cada vez que podía Monseñor recolectaba dinero para poder seguir haciendo el bien, sin separar un céntimo extra para su sustento.

De las propias anotaciones de Monseñor copiamos lo siguiente:

Para el seminario -- xx

Para la misión…

Para los Lazaristas…

Para las misiones en el extranjero…

Para la congregación tal…

Para los establecimientos religiosos…

Para las maternidades…

Para los presos…

Para el alivio y liberación de los prisioneros…

Para liberar a los padres de familias encarcelados por deudas…

Para adicionar al salario de los pobres maestros…

Para la cocina pública…

Para la instrucción de las niñas pobres…

Para los pobres…

Para mis gastos personales…

Todo, todo pertenecía a la asignación personal anual del obispo. Este hombre, en un acto de desprendimiento, reservó solo una pequeña parte para sus gastos.

¿En qué se parece Monseñor Myriel al Papa Francisco?

En Brasil el Papa había señalado “No habrá paz duradera o harmonía en una sociedad que ignora, empuja a sus márgenes o excluye a una parte de la misma. La grandeza de la sociedad se encuentra en la forma en que trata a aquellos que más necesitan, aquellos que no tienen nada además de su pobreza.”

Monseigneur Myriel y el Papa Francisco son ambos católicos. Ambos creen en hacer, más que en teorizar. Ambos salen a las calles a mostrar cómo evangelizaba Cristo. Ambos tienen muy buena relación con las personas comunes. Ambos hablan como la gente, de manera sencilla y directa. Ambos desdeñan el lujo para favorecer al oprimido y al que sufre. Ambos creen que tienen un objetivo de aliviar a los que más necesitan.

El libro prohibido de Víctor Hugo, “Los Miserables”, es justamente prohibido por que te abre los ojos para ver la incapacidad de aquellos pastores que persiguen su propia riqueza. Estos pastores no deberían tener mansiones, o autos lujosos. Están para servir. ¡Qué así sea!

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